SDDR en España: Ruta Obligada y Consideraciones Esenciales para su Implementación
El Rol de las Máquinas Expendedoras Inversas en la Transformación del Reciclaje en España


El incumplimiento de los objetivos de reciclaje de envases de plástico de un solo uso obliga a adoptar un sistema de depósito y retorno, una medida eficaz pero controvertida que plantea retos económicos, logísticos y medioambientales en su implementación.

La reciente publicación por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico del informe sobre la recogida separada de botellas de plástico de un solo uso en España en 2023 ha confirmado una realidad difícil de ignorar: nuestro país no está cumpliendo los objetivos de reciclaje establecidos por la ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados para la economía circular o el R.D. 1055/2022 de envases y residuos de envases, que establecían una ratio de reciclaje del 70% para dichos envases en 2023. Este incumplimiento activa automáticamente la obligación de implementar un Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR) en un plazo de dos años. Este sistema, diseñado para fomentar el reciclaje de determinados envases mediante un depósito reembolsable, se presenta ahora como una solución necesaria, aunque no exenta de controversias y desafíos.



El sistema SDDR: una herramienta no tan nueva



El SDDR no es un concepto nuevo ni exclusivo de España. Países como Alemania, Finlandia, Estonia, Letonia o Lituania ya han adoptado este modelo. En esencia, el SDDR funciona de manera sencilla: los consumidores pagan un pequeño depósito al comprar ciertas bebidas envasadas, que recuperan al devolver los envases vacíos en puntos específicos, ya sea manualmente o mediante máquinas automáticas. Sin embargo, este sistema sólo cubrirá en torno al 10% del total de envases domésticos que se ponen en el mercado, por lo que los ciudadanos deberán seguir separando sus residuos domésticos en las cinco fracciones habituales y depositándolos en los contenedores habituales en la vía pública.

En teoría, la propuesta parece impecable. Sin embargo, su aplicación práctica ha demostrado ser compleja y, en ocasiones, polémica. En Alemania, por ejemplo, aunque las tasas de retorno de envases cubiertos por el sistema alcanzan un porcentaje en torno al 90%, no se ha logrado reducir significativamente el uso de plásticos de un solo uso. Más preocupante aún es el impacto social que este sistema ha generado en algunos países, con un aumento en la actividad de personas en riesgo de exclusión social que recorren las calles recogiendo envases para devolverlos en las máquinas del SDDR.



El contexto español: luces y sombras en la gestión de residuos



En España, el diagnóstico de la gestión de residuos señala debilidades estructurales que complican la implementación de un sistema como el SDDR. Apenas un 20% de los residuos domiciliarios se separan de media en origen. Otro problema significativo son las grandes disparidades entre comunidades autónomas. Cataluña y el País Vasco lideran las tasas de reciclaje de envases con niveles cercanos al 60%, mientras que otras regiones apenas superan el 40%. Estas diferencias hacen que un modelo homogéneo como el SDDR sea difícil de aplicar de manera uniforme.



El coste del cambio: impacto económico, social y medioambiental



Uno de los puntos más controvertidos del SDDR es su elevado coste. Según estimaciones, la implementación de este sistema en España requeriría una inversión inicial de casi 1.400 millones de euros y un coste anual de gestión por tonelada 13 veces superior al actual. Estos costes no sólo recaerían sobre los consumidores, sino también sobre los pequeños comercios que podrían enfrentar pérdidas económicas y operativas. Además, el SDDR requiere una logística adicional, con nuevas necesidades de transporte y gestión de envases, lo que conlleva un aumento de la huella de carbono asociada.



Lecciones de Europa: aciertos y errores



La experiencia europea ofrece lecciones importantes para España. En Alemania, el SDDR ha demostrado ser efectivo para recuperar estos envases de bebidas, pero no ha conseguido reducir el volumen total de plásticos de un solo uso. En Escocia, la implementación reciente del SDDR ha sido criticada por su falta de planificación y por el impacto negativo en pequeñas y medianas empresas. Estos ejemplos subrayan la importancia de adaptar el sistema a las particularidades de cada país.



Máquinas expendedoras inversas: un elemento crucial del SDDR



Las máquinas expendedoras inversas se perfilan como un componente esencial del SDDR, facilitando la devolución de envases en cada tienda. Estas máquinas permiten a los consumidores depositar envases vacíos de manera rápida y eficiente, recuperando su depósito. Además, ayudan a automatizar el proceso de recogida y clasificación, reduciendo la carga logística y mejorando la eficiencia del sistema. La implementación de estas máquinas en puntos de venta es crucial para maximizar la participación ciudadana y alcanzar los objetivos de reciclaje.



Una hoja de ruta para España



Si bien la implementación del SDDR es ahora una obligación legal, su éxito dependerá de cómo se diseñe y ejecute en España. Una posible solución sería introducir el sistema de manera progresiva, comenzando con proyectos piloto auditados en comunidades autónomas con mejores tasas de reciclaje. También es esencial complementar el SDDR con medidas que fomenten la implicación ciudadana y mejoren la transparencia en la gestión de datos.



Avanzar con cautela hacia un modelo circular



La imposición del SDDR en España no debe interpretarse como un castigo, sino como una oportunidad para reflexionar en profundidad sobre la gestión actual de residuos y explorar nuevas soluciones y enfoques. Este sistema, aunque no está exento de retos, puede ser una herramienta eficaz para avanzar hacia una economía más circular y sostenible, siempre que su implementación sea progresiva, flexible y adaptada a las realidades del país.

- Blog
Sistemi di Deposito Cauzionale: Una Soluzione Globale per la Crisi dei Rifiuti e del Clima
La quinta edizione del Global Deposit Book offre dati e analisi sul progresso dei sistemi DRS a livello globale. I risultati più significativi si osservano in Europa, grazie alla sua ampia adozione del modello di ritorno al dettaglio (R2R), che ottiene un tasso di restituzione mediano dell'84%.